JOSUA VEGA
Los analfabetos eran aquellos que por no tener recursos, no tener ganas, o creer que no tenían necesidad, se quedaban fuera de la evolución de la sociedad de su tiempo por no poder informarse leyendo en los libros, que es donde se depositaba el conocimiento en esa época. (Garrido, 2012).
Hoy gracias a las tecnologías de información y accesibilidad, los nuevos analfabetos son funcionales y no quieren reconocer que las formas de hacer las cosas han cambiado. «Planificar haciendo» y «hacer negocios como siempre» han dejado de ser opciones viables. El desarrollo económico ofrece una oportunidad sin precedentes, para avanzar en el desarrollo global sostenible mediante la creación de economías sostenibles, rentables y dinámicas, solo es necesario aplicar la adaptabilidad y el enfoque panorámico para lograr la transición hacia una economía circular.
Los directores de las empresas viven bajo el enorme estrés de cumplir con los objetivos de los inversionistas, sofocados por metas cada vez más altas, se agobian en un cúmulo de problemas y decisiones que ocupan el total de su tiempo y energía. Esta situación favorece que en muchas ocasiones su percepción se base en un enfoque automático por competencias, donde solo es posible identificar resultados inmediatos con un corto plazo y de consecuencias desconocidas.
Del mismo modo se observa una resiliencia y procrastinación por la implementación de nuevos métodos y tecnologías, por el temor de la desviación de recursos hacia la incertidumbre. «El mundo es de los audaces» correr riesgos nunca fue tan bien visto en el mundo de los negocios como lo es hoy en día. Recordemos que riesgo no significa peligro, sino la probabilidad de incertidumbre en base a la dispersión de los resultados posibles del comportamiento de una inversión o decisión. Por lo tanto, el riesgo es inversamente proporcional a la calidad y certidumbre de los parámetros que se definan para cuantificarlo; en otras palabras; mientras mejor esté elaborado tu plan de negocios, menor será la probabilidad de la descapitalización.
COVID19
Es posible asumir que la pandemia fue un potente factor de riesgo en el emprendimiento de nuevos negocios; sin embargo, la realidad desafía los pronósticos, por ejemplo: la inversión global en Agri Food tech (tecnología en agricultura y comida) en 2020 alcanzó US$ 26.100 millones a través de 2.707 operaciones en total, dice el informe Agri Food Tech Investment Report de AgFunder, el monto subirá a US$ 30.500 millones, representando así un crecimiento de 34,5% respecto al año anterior. «El Agri Food tech ya no es un sector de nicho, experimental y riesgoso», CornerShop, UberEats, Rappi, Justo y Jokr lo demuestran.
«La pandemia fue un acelerador de adopción de tecnología, y esa adopción fue realizada por usuarios que eran más reacios, pero que se vieron obligados. Si antes no querían contratar un startup o usar una solución tecnológica que permite monitorear las plantaciones, ahora con la pandemia necesitan sí o sí, porque no pueden viajar al campo», dice Bernardo Milesy, CEO de la aceleradora argentina de startups agtechs Glocal y que participó en la elaboración del informe.
«El que no aprende de sus errores se condena a repetirlos», entonces entre tantas lecciones que aprendimos de la pandemia, destacan dos fundamentales para la economía: 1 los hábitos de los consumidores pueden cambiar, 2 las conductas de consumos se pueden acelerar, mapear, capturar y capitalizar si existen los medios de aproximación, comunicación, motivación y la interfaz de accesibilidad correctos. No con esto me proclamo a favor del consumismo, simplemente establezco que esta lección de adaptabilidad al comercio electrónico regirá las transacciones económicas, agregando un parámetro de gran peso en las decisiones financieras.
LA NUEVA NORMALIDAD
Después de entender nuestra fragilidad como especie, se avecinan grandes desafíos para las sociedades antropogénicas. Nuestra economía ha llevado al límite de la explotación los recursos naturales, la generación de emisiones GEI, la polución de los plásticos y la extinción a las especies, pero este es un tema desconocido dentro de una hermosa oficina con paredes de cristal o en la sala de un «star bottles» disfrutando de nuestro café. No obstante, es un riesgo latente que se aproxima silencioso e invisible como el COVID19, y tal vez este último fue la antesala del primero.
SOSTENIBILIDAD MOMENTUM.
El tiempo es el único intangible que no es posible recuperar y de allí nace su gran valor, «CRONOS» que se refiere a la cuantificación (cronometría) de un plazo o un periodo y el tiempo cualitativo «KAIRÓS» conocido como el tiempo de Dios y llamado comúnmente momento u oportunidad.
Este es el momento del cambio, la gran transición, adaptarse a la nueva normalidad con un enfoque de sostenibilidad panorámico que nos permita liderar los proyectos de conservación y economía circular que garanticen el éxito y la persistencia de la empresa dentro del nuevo valle verde (green valley) de la economía. (Gráfica 2)
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