POR BRUNO BOYEGA
Su éxito se basa en experiencias sensoriales. Ya sea en parques de diversiones,
en festivales o ferias de pueblo, la rueda de la fortuna, los carritos chocones y el
carrusel forman parte de nuestro imaginario de entretenimiento. Una industria
que en México tiene gran impacto económico y es de esencia familiar.
Para sentirnos bien, o solo por entretenernos, hemos desarrollado muchísimas formas de generarnos emociones. Ya sea con espectáculos, cine, museos o parques de diversiones, todos los avances que se han hecho al respecto, han tenido un impacto en nuestra forma de
concebir la realidad, de sentirla. Los juegos mecánicos han sabido desafiar hasta las leyes de la gravedad. Su modelo de negocio se ha adaptado a las nuevas exigencias del mercado, creando diversidad y una sana competencia.
En menos de 100 años, la industria de los juegos mecánicos se ha vuelto sustento para muchas familias y su éxito se basa en atracciones únicas en materia de experiencias
sensoriales; es ejemplo de innovación y adaptabilidad, dado que los empresarios de este
ámbito han sorteado dificultades relacionadas con maquinaría, percepción y preferencias en
diversión.
Los avances tecnológicos y generacionales hicieron despuntar esta industria en
espacios que antes no se pensarían para este tipo de dinámicas, como ha sucedido con la popularización de atracciones mecánicas en festivales de música electrónica.
Esto incluso ha reconfigurado la dinámica de entretenimiento hacia un sentido
más arriesgado.
Tal es el caso de juegos como el Big Shot, en Las Vegas, de 329 metros y una caída libre a 70 kilómetros por hora; o las montañas rusas más famosas: la Kingda Ka, en Nueva Jersey, o la Formula Rossa, en Abu Dhabi; la primera, la más alta del mundo con 139 metros y una distancia de 950 metros; la segunda, la más veloz, que alcanza los 240 kilómetros por hora. Así como grandes ruedas de la fortuna, como el caso de la Voyaguer, la más imponente en México, que carga 114 personas simultáneamente y es el primer juego mecánico con espacio para personas en sillas de ruedas.
Adquirir este tipo de atracciones para conformar una empresa implica una fuerte inversión, pues su producción se hace principalmente en Italia y en Estados Unidos.
Tan solo para el traslado de un equipo de estas dimensiones se necesitan barcos específicos,
los llamados Roll on-Roll off, los cuales también son utilizados para transportar automóviles y camiones. El flete sencillo asciende a los 500 mil pesos.
Una vez en tierra, mover una flotilla de juegos mecánicos puede costar hasta 2 millones de pesos, lo que obliga al empresario a ser astuto y selectivo para tener mayor retorno de inversión. Ahí es donde entra la capacidad de posicionar estas atracciones en el mercado.
UNIÓN PARA TRASCENDER
La reinvención en el momento adecuado ha sido la clave de la trascendencia de los juegos mecánicos. En México, el rubro experimentó un cambio obligado para su re-apreciación
como entretenimiento, dado el bajo interés manifestado por la sociedad, entre 1997 y 2004. Algunos empresarios del rubro, como Enrique Alcázar, director de Alegre Fantasía, se inspiraron en los avances en áreas como los juegos de video y las experiencias de aventura
física y mental para atraer interés de nuevas generaciones, basado en dos pilares fundamentales: la novedad y el servicio al cliente.
«Además es importante la disciplina. Si eres disciplinado y atento a ti mismo y a tu familia,
lo serás con tus clientes y eso te dará mayor crecimiento.» Uno de los motores de este cambio fue la posibilidad de intercambiar información entre los empresarios del rubro a nivel local e internacional. Para ello, se formaron uniones. La Unión de Juegos Mecánicos y Complementos de Feria, con más de 50 años y con sede en Guadalajara, fue el primer paso para gestionar con los ayuntamientos los lugares de trabajo de los juegueros, pues faltaba claridad respecto a concesiones y espacios ocupados.
«A nivel nacional no hay algo similar, por lo que también nos buscamos un espacio en la
Asociación Internacional de Parques de Diversiones y Atracciones (IAAPA, por sus siglas en
inglés) para tener una vinculación entre miembros del gremio a nivel internacional.» Esto los ha hecho medirse con los mejores y entender que para distinguirse se debe apostar a la calidad de los juegos y a la innovación, por lo que el trato al cliente es fundamental para el buen desarrollo del rubro.
«Hay tres tipos de clientes. El estándar, que representa el 80% de los clientes y son personas
que llegan a la taquilla, se divierten y se van. Están los distraídos, que son el 15%, los que
no se deciden y a los que debemos identificar para ofrecer información. Y los problemáticos, que no pasan del 5%. A ellos se les debe tratar con atención y seguridad.»
Según Alcázar, el potencial de este negocio radica en la diversificación de las atracciones y de espacios que poco a poco serán integrados a él. Considera que lugares turísticos deberían emplear juegos mecánicos en ciertos espacios públicos para ofrecer actividades
alternativas a los visitantes. Entre sus previsiones a futuro no contempla extenderse al extranjero, ya que cubrir el mercado mexicano es un reto en sí mismo y trasladar flotillas
bajo reglas de exportación es más caro y podría no ser redituable.
CON RUMBO FIJO
El futuro de los juegos mecánicos reside en la combinación entre movimiento e interacción.
En los últimos 50 años la oferta de espacios recreativos se ha centrado únicamente
en lo mecánico, pero con el auge tecnológico, la realidad virtual ha ganado popularidad,
y para fortuna del empresario, ahí la inversión se centra en el dispositivo y la experiencia, compensando los gastos de traslados y costos adicionales relacionados. La estrategia
entonces se debe inclinar en llevar a otro nivel la experiencia de la adrenalina.
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