Según datos del Banco Interamericano de Desarrollo, son las startups relacionadas con lo financiero las que más destacan en la región, tanto ante los inversionistas como para con los usuarios que, a raíz de la crisis sanitaria global, las han buscado cada vez más.
La crisis sanitaria global a causa de la pandemia por COVID-19 dejó claro que el cambio planteado en la manera de hacer todo —desde la vida cotidiana hasta los negocios— es permanente y mantendrá su curso en el largo plazo. ¿El destino? La digitalización de la vida.
Este panorama dio como resultado que los emprendimientos que tienen como base y producto alguna plataforma digital, cobren aún mayor relevancia. Estos nuevos negocios, llamados startups cuando en ellos prevalece la tecnología, están cobrando un dinamismo importante y acelerado en América Latina, región en la que representan una revolución económica con un valor agregado cifrado en la innovación en que se traducen sus productos y servicios.
Según datos de PitchBook —empresa de software de datos, investigación y tecnología de mercados de capital privado, incluido el capital de riesgo— en lo que va de este año los capitalistas de riesgo han invertido 8.8 mil millones de dólares divididos en cerca de 400 acuerdos de negocios en la región latinoamericana. La mayoría de esas inversiones, de acuerdo con expertos, han sido destinadas a las fintech, lo que pone de manifiesto la importancia de la innovación en el manejo de las finanzas.
Las fintech, además, se vinculan con los iniciadores de otras empresas que apenas arrancan, con lo que facilitan el desarrollo de emprendedores en general e impactan positivamente en la economía.
De acuerdo con datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), para 2018, en la región Latinoamericana, estaban activos mil 166 emprendimientos en el sector fintech, dentro del que destacaban segmentos como: pagos y remesas, con 285 compañías, que representaban el 24 por ciento; préstamos, con 208 emprendimientos (18 por ciento); y la gestión de finanzas empresariales, con 181, número que se traduce en 15 por ciento.
En ese mismo informe del BID se destacó a Costa Rica como uno de los países de la región en el que más destacan los emprendimientos fintech. Al respecto señalaban que en esa nación se observaba un crecimiento del 400 por ciento con respecto a 2017 y una tasa de mortalidad de cero por ciento, lo que hacía a los startuperos costarricenses los de mayor potencial.
En el panorama actual, en el que todo se encamina al uso de la tecnología para facilitar la vida cotidiana y reducir el contacto interpersonal, en el que priva la digitalización de todos los procesos financieros, las startups son una gran herramienta que ganan cada vez más segmentos de mercado, además de usuarios recurrentes que ya las ven como una regla y no una excepción.
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