En toda brújula la referencia es el norte, cuando se trata de negocios no existe un norte infalible.
En toda brújula la referencia es el norte. Ese punto cardinal ha guiado los pasos de los viajantes y el rumbo de miles de marinos durante cientos de años, bien puede decirse que es infalible. Sin embargo, cuando se trata de negocios no existe un norte infalible.
El mundo empresarial siempre debe tener un rumbo claro y definido, sin embargo, el norte, la referencia, no siempre será el mismo. Por supuesto, las ventas y el posicionamiento entre su mercado meta son elementos comunes a prácticamente cualquier compañía pero, la manera de alcanzarlos no es compartida de manera general.
Y si a lo anterior se le añade una situación extraordinaria y sorpresiva a partes iguales, como la que se ha vivido en el mundo durante los últimos meses, resulta innegable que no hay un norte inamovible.
La situación derivada a causa de la pandemia por COVID-19 vino no solo a trastornar la manera en que se concretaban las ventas, la manera de trabajar o la regularidad de las ofertas, sino a reafirmar que las empresas enfrentan un ambiente de cambios constantes cuya volatilidad es necesario reconocer para poder sortear de mejor manera.
Una forma de lograr lo anterior es, sin lugar a dudas, la Planeación Estratégica, que es, además, un paso fundamental para concretar la visión de la compañía.
Por supuesto, entre mayor sea el tamaño de la empresa, mayor será la necesidad de poner por escrito esta planeación que permita sortear los embates del cambio constante y las situaciones inesperadas, sin embargo, nunca es demasiado pronto para hacerlo. Ya sea que se trate de un emprendimiento que apenas inicia o un negocio ya consolidado, siempre es mejor haber previsto que actuar como mera reacción para hacer frente a una crisis.
La inestabilidad del entorno, ya sea por acciones inesperadas de la competencia, por necesidades cambiantes del mercado o por una pandemia, siempre tendrá efecto en los planes, sin embargo, sin duda es mejor solo hacer ajustes a un plan que actuar a ciegas.
Para realizar una planeación adecuada y pertinente, es necesario cumplir con varios pasos previos como:
Realizar un análisis estratégico, valorar el ambiente interno y externo, determinar los objetivos a alcanzar, clarificar iniciativas y proyectos, establecer los indicadores de desempeño, alinear el plan estratégicamente con todas las áreas de la empresa y comunicarlo de manera eficiente, realizar reuniones periódicas para analizar lo planteado y definir la manera de gestionar el plan.
Lo anterior suena avasallante, pero es mejor realizarlo en tiempos de calma que llevar todo el proceso a la par de una crisis en desarrollo.
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