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El valor de la Salud Mental

POR JENNIFER MACIEL


Desde tiempo atrás, el estrés laboral ha sido un tópico con el que varios organismos defensores de la salud de los colaboradores han trabajado; ya sea implementando nuevas normas y reglas de sana convivencia o creando nuevas leyes y compromisos, solo por mencionar algunos.


Sin embargo, todas estas acciones se vieron en la necesidad de ser modificadas o creadas para un escenario en el que, la mayoría de las compañías —por no mencionar que todas—, no estaban preparadas para laborar en medio de una crisis mundial.


En México, son escasas las organizaciones que cuentan con un control de los riesgos laborales en ámbitos psicosociales. Es aquí cuando la implementación de una estrategia para la promoción de la salud psicológica de los colaboradores puede generar una buena ejecución en la realización de las actividades diarias.


En la mayoría de las empresas que presentan un bajo rendimiento, es común que el problema provenga desde el capital humano, ya que, este resiente cuando en la organización se está presentando un factor desfavorable para la condición psicosocial, es decir, comienza una aparición de conductas o comportamientos inapropiados que afectan tanto en la vida personal como en la profesional.


Con la transición hacia el llamado Home Office, se presentaron muchos cambios en lo que a la salud mental respecta. Por ejemplo, el confinamiento por la pandemia mundial, causó un mayor estrés en los colaboradores, también se presentaron depresión, burnout, ansiedad, impaciencia, frustración, desmotivación, y vulnerabilidad El mudar el trabajo a casa, la prohibición de concurrir a lugares de esparcimiento y el desconcierto de la situación por la pandemia, afectó mentalmente a los trabajadores; la Organización Mundial de la Salud explica que «el aislamiento significa la pérdida de la rutina habitual. Ya sean actividades del hogar, el trabajo y la escuela, así como actividades físicas y de esparcimiento.


Con esto, hay pérdida o reducción de la interacción social con la familia y amigos, y sin duda, la limitación del contacto físico con las demás personas que nos rodean». Expertos exponen que las empresas deberían tener la responsabilidad de tratar temas humanos e involucrarse con el colaborador para dar pie al diálogo, aprovechar que en la actualidad existen organizaciones que imparten talleres emocionales para, de esta manera fungir como un apoyo psicológico y mejorar la comunicación interna en la empresa.


RIESGOS PSICOSOCIALES

Existe una incertidumbre a la que los trabajadores están expuestos en su área laboral, la cual combinada con la situación económica actual, produce desgastes psicosociales que, en términos contables llega a tener un efecto recesivo del Producto Interno Bruto de cada país.


El desgaste profesional causado por un agotamiento mental, emocional y físico es conocido actualmente como síndrome de burnout, el cual se presenta en los trabajadores por jornadas agobiantes, estrés arraigado o, en ocasiones, insatisfacción laboral.


Sin embargo, el regreso al trabajo en una oficina presencial es un factor de estrés por la vulnerabilidad que representa retomar las actividades post pandemia, lo que ha generado un padecimiento llamado síndrome de la caverna, donde el miedo a incorporarse a la sociedad está latente entre los colaboradores.


Una investigación titulada «Estrés en Estados Unidos» reveló que el 50% de los ciudadanos hispanoamericanos no se sienten cómodos con la idea de interactuar con otras personas en las oficinas.


SEMÁFORO PREVENTIVO

Actualmente no existe una medida estandarizada para medir el riesgo psicosocial dentro de los centros de trabajo, sin embargo se pueden detectar una serie de red flags que podrían afectar de forma directa la salud mental de quienes laboran en un mismo lugar:

• Estrés crónico: este puede identificarse mediante la sensación recurrente de no poder afrontar una situación fuera de lo habitual en el espacio de trabajo.

• Violencia laboral: aunque la violencia se puede presentar de múltiples formas, comúnmente se puede evidenciar en la forma como una persona posicionada utiliza un lenguaje no profesional, que puede incluir insultos, alzamientos de voz o incluso llegando a ejercer un abuso de poder sobre una persona o grupo de personas.

• Acoso laboral: es una consecuencia del mal ambiente laboral dentro de la empresa, muchas veces es ocasionada por la disparidad de género, posición dentro de la organización, diferencia de edad o simplemente el querer demostrar poder.

• Incertidumbre laboral; se genera a raíz de la falta de una buena comunicación interna, una mala organización de las estrategias o la carencia de una cultura corporativa que lleve a los colaboradores a una inestabilidad psicológica.

• Conflicto personal-laboral: en ocasiones las personas no logran desprender los problemas personales/familiares de su vida profesional, lo que puede provocar un desgaste tanto físico como emocional que llega a repercutir en su desempeño laboral.



PANORAMA GLOBAL

Existen varios países que han optado por trabajar en el fortalecimiento de la salud mental de los ciudadanos, ya que la pandemia mundial pudo provocar un deterioro psicológico en la sociedad que repercutió directamente en el desempeño de las actividades laborales.


Australia y Nueva Zelanda cuentan con iniciativas dirigidas al cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible, lo que implica que exista mayor atención a personas que padecen de trastornos, con esto se planea que para el 2030 haya una reducción de la mortalidad prematura causada por el estrés laboral, ya que se trabajará en fortalecer y promover la cultura de salud mental. También, hay grandes empresas como Google, Intel o Shell donde a

los colaboradores se les imparten dinámicas de meditación para fortalecer tanto la salud mental, como la integración entre los compañeros.


En 2020 la Organización de las Naciones Unidas, comprometida con la salud de los trabajadores, reconfiguró la ISO 45003, una norma internacional que guía en la práctica del manejo de la salud mental en el lugar de trabajo y preside en la gestión de los riesgos psicosociales que pueden presentarse en una empresa.


Cada día son más las empresas que implementan actividades físicas o brindan asistencia psicológica para el bienestar de sus colaboradores, lo cual vislumbra un panorama empresarial optimista con respecto a la salud mental que al mismo tiempo podría favorecer a la trascendencia de las organizaciones.


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