POR Jesús Ascencio, Socio de Consultoría en Global Practice International
Hace no mucho tiempo, desarrollando la idea de implementar el Modelo de Gobierno Corporativo con un empresario, me lanzó una pregunta: ¿quiere decir que la revisión de la gestión del negocio, su supervisión, y su estrategia ahora estará en manos de un grupo de personas que se van a reunir cada 3 meses? A lo cual respondí con un sí de forma rápida y segura, acto seguido me pregunto ¿Cómo dijiste que se llaman estas personas que me van a acompañar en este Consejo de administración? A lo que contesté «Consejeros» y, después de esbozar una sonrisa en su rostro, exclamó: «esos consejeros deben ser entonces unos superdotados.»
Cuando hablamos del tema de Gobierno Corporativo, una de las principales preocupaciones
que debemos cubrir en los empresarios, es darles la tranquilidad de que quienes se integran en su carácter de Consejeros a la organización, tienen las capacidades técnicas suficientes para aportar a la gestión y dirección estratégica del negocio, pero igual o más importante, que cuentan con las habilidades soft para lograr que el consejo de administración se convierta en un órgano con un enfoque de aportación de valor.
El tema de las competencias técnicas de un consejero ya lo hemos abordado con anterioridad, y resulta de alguna manera sencilla identificarlas, ya que basta con dar un vistazo a las responsabilidades del Consejo de Administración, o del Comité auxiliar en el que estará apoyando este Consejero para saber que cosas debe conocer. Sin embargo, cuando hablamos de las habilidades soft del consejero, se convierte en un tema un poco más ambiguo.
¿QUÉ HABILIDADES SOFT HACEN PASAR A NUESTROS CONSEJEROS DE «BUENOS» A «EXCELENTES?»
El tema de las habilidades soft de un Consejero, como lo dije antes, puede ser un tema ambiguo o que según cada empresario se visualice de diferente perspectiva. Hoy abordaré las habilidades soft del Consejero, desde los principales retos que enfrentan los consejos de administración en su funcionamiento del día a día de acuerdo a mi experiencia implementando estos órganos:
COMUNICACIÓN CLARA
El consejo de administración en su conjunto tiene 2 grandes retos en cuanto a la comunicación, debe entender las necesidades de los accionistas y comunicarlas al equipo directivo, y de igual forma ser el canal de comunicación de la gestión del negocio hacia los accionistas, motivo por el cual el cómo se hace esta comunicación es clave.
El Consejero debe tener la habilidad de comunicarse de una forma clara, sin dejar espacio a malentendidos, con el detalle necesario para que el mensaje transmita exactamente lo que se busca. Debe ser también conciso, entendiendo que un mensaje para un directivo y para un accionista es muy diferente, el nivel de detalle que necesitan ambos niveles no es el mismo, y la tecnicidad del mensaje debe ser diferente, acorde al perfil de cada uno.
EFICIENCIA Y MANEJO DE LOS TIEMPOS
Uno de los principales problemas con los que nos enfrentamos en los órganos del Gobierno Corporativo es el tiempo, resulta en muchos de los casos insuficiente el tiempo para tender las responsabilidades a cargo de este órgano, por lo cual el uso del tiempo disponible debe ser una máxima siempre.
El Consejero debe de desarrollar la habilidad para ser extremadamente eficiente y cuidadoso del «cronómetro» entender cuales temas vale la pena profundizar y nos llevará a algo, o en cuales simplemente no se tiene información suficiente para una decisión y vale la pena preparar y posponer para otro foro.
ENFOQUE A RESULTADOS
Este concepto debe ser la máxima del Consejo de administración, un Consejero que no esté en todo momento pensando en el resultado, con facilidad puede perderse en el camino, son tantas las aportaciones que puede hacer un consejero a un consejo de administración, que el entendimiento de qué cosas son parte de la estrategia final y podrán ser considerados como un resultado positivo es fundamental.
RESOLUCIÓN DE PROBLEMAS Y MEDIACIÓN
La vida de un Consejero debe ser entendida así, como alguien que dedicará mucho de su tiempo a resolver temas complejos de empresa y medirá problemas agudos de relacionamiento entre accionistas y directivos. Es por esto que es de suma importancia que quien nos acompañe como Consejero tenga la habilidad de solucionar problemas complejos, mediar en situaciones difíciles y mantenerse alejado en todo momento de la «frustración».
HUMILDAD
Tenemos que entender que el consejo de administración, por su naturaleza, requiere de altas dosis de humildad para que funcione, tenemos que ir integrándolo a los dueños del negocio, a sus fundadores y creadores del imperio, a los sucesores, tratando de demostrar que pueden seguir con el negocio; a directivos, presentando ante este órgano sus resultados y a los consejeros independientes, tratando de hacer ver que son la respuesta a los problemas, que pueden aportar valor, y que son los mejores en el tema por el cual fueron contratados.
Esto nos trae como resultado el que, si no existe humildad en todos sus participantes, tendremos un grupo de personas tratando de demostrar quién es mejor, quién tiene la razón y descalificando todas las ideas. Un consejero debe saber escuchar, debe saber entender, debe estar abierto a nuevas ideas y debe tener en su ADN altas dosis de humildad.
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