La jornada laboral de 4 días ha ganado popularidad debido a la pandemia y los cambios que tuvieron que hacer algunas empresas, así como salen a relucir los beneficios laborales y emocionales de los empleados.
De acuerdo a un estudio realizado por la Universidad de Auckland, los niveles de estrés bajaron de 45 % a 38 % y el puntaje de balance trabajo-vida se incrementó de 54 % a 78 % al aplicar un esquema laboral de cuatro días en el grupo participante.
Debido a la crisis sanitaria, muchas empresas tuvieron que reevaluar sus prácticas de trabajo para mantener el cuidado de la salud de sus empleados. Antes de que la pandemia iniciara el 16% de las compañías ya trabajaban completamente de forma remota, opción que favoreció a muchas empresas durante la contingencia.
Estos cambios hacen que cuestionemos más factores de la cultura laboral, como son los horarios y la productividad. En el 2018, mucho antes de la pandemia, varios países comenzaron a probar la semana laboral de 4 días.
La mayor preocupación de los empleadores es que la introducción de esta política a tiempo completo pueda llevar a la complacencia, y por ende, bajar la productividad nuevamente. Y para evitar esto, explica Tammy Braker, gerente de rama de Perpetual Guardian, es necesario asegurar que cada persona en cada equipo tiene un plan de trabajo definido de acuerdo a sus tiempos, capacidades y responsabilidades. Para que la productividad se mantenga, esta debe ser la norma siempre.
El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) destaca que algunas empresas en países como Japón, Islandia, Nueva Zelanda, Irlanda, España y Reino Unido han probado este esquema de trabajo flexible con resultados positivos en la productividad y en la disminución de los niveles de agotamiento.
¿Qué tan preparado está México para este cambio? De acuerdo con especialistas consultados, la semana laboral de cuatro días en nuestro país es un esquema aún lejano. En buena medida la dificultad para implementar este modelo se relaciona más con la cultura laboral que con las disposiciones legales.
“Es viable, pero estamos lejos. México es uno de los países donde más horas se trabaja, además con un período vacacional corto, lo que ha influido en mayores niveles de estrés”, apunta André Maxnuk, presidente de Mercer para América Latina.
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