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La transición a la era de la mujer directiva

POR Mayra Sujey Herrera Díaz, Directora de Academia del IMMPC


En la última década, hemos sido testigos de un cambio significativo en la participación de la mujer en las empresas a nivel global. Esto debido al aumento de la presencia femenina en la fuerza laboral y su incremento en la matrícula de profesionistas con título universitario, las cuales constituyen cambios sociales sin precedentes que transformaron radicalmente la sociedad a partir de la segunda mitad del siglo XX. De hecho, en la actualidad, más de 40 % de los puestos laborales en el mundo están ocupados por mujeres (OIT, 2019).



Esto lo podemos ver en el cuadro que se muestra a continuación, donde se observa que en México el número de estudiantes de sexo femenino en las universidades (nivel licenciatura y técnico superior) ha aumentado aceleradamente, pasando de 17% en 1970 a 50% en 2015. Si sólo tomamos en cuenta a quienes egresan, su porcentaje asciende a 55% (ANUIES, 2015), donde podemos ver una eficiencia terminal superior de las mujeres sobre la de los hombres (SEP, 2008: 92). (Gráfico 1.)



Es por ello que con estos antecedentes vemos que nos encontramos avanzando hacia una sociedad más equitativa, igualitaria y justa, es vital reconocer y valorar el papel crucial que desempeñan las mujeres en el ámbito empresarial, ya que, en la actualidad la igualdad de género se ha convertido en una prioridad global, más mujeres han ocupado y siguen ocupando puestos de liderazgo en diversos proyectos y compañías, logrando contribuir de una forma significativa al crecimiento, desarrollo y éxito de las empresas en México, Latinoamérica y el mundo.


En este espacio, comparto desde mi experiencia, perspectiva y visión, la importancia de la participación de las mujeres en las empresas durante la última década, cómo tanto su presencia y participación ha impactado, transformado y enriquecido favorablemente en todos los aspectos del entorno empresarial en los que operan.


Históricamente, las mujeres han enfrentado numerosos obstáculos y desafíos para ingresar en el mundo empresarial. Las barreras culturales, la discriminación de género y los estereotipos basados en roles de género, han limitado la participación y el desarrollo profesional del género femenino. Sin embargo, las empresas están reconociendo cada vez más los beneficios de tener una fuerza laboral diversa y equilibrada en términos de género.


En los últimos años, se ha producido un aumento significativo en el número de mujeres que ocupan puestos directivos en las empresas. Las mujeres han demostrado su capacidad para liderar con éxito equipos y tomar decisiones estratégicas e importantes. Su enfoque innovador y su habilidad para encontrar soluciones permiten diversificar la toma de decisiones y fortalecer la resiliencia de las empresas ante los desafíos cambiantes del mercado; se puede observar que para el año 2012, el porcentaje de mujeres en puestos de gerencia intermedia llegó al 23%. Si consideramos las posiciones ejecutivas más altas en las compañías más grandes de México el porcentaje es del 13%, y el número de mujeres que son presidentas, directoras generales o CEO estaba en un 5% (Zabludovsky, 2011, 2015).


Sin embargo, para el periodo 2013–2014, el índice de Direcciones Generales o posiciones de CEO en México llego a un 10.2% para los cargos de dirección de las grandes corporaciones de nuestro país, en este periodo, pudimos comparar los datos de México con países como Colombia (CEPAL, 2014). (Gráfico 2.)



La participación de las mujeres en las empresas ha ayudado a impulsar la implementación de políticas de igualdad de género más sólidas. Por lo que estas empresas se han comprometido cada vez más a garantizar la igualdad de oportunidades, la equidad salarial y la promoción basada en el mérito, esto ya lo podemos ver reflejado a través de Los Principios para el Empoderamiento de las Mujeres (WEP, por sus siglas en inglés) (ONU 2011) que ofrecen al sector privado orientaciones prácticas sobre cómo empoderar a las mujeres en el lugar de trabajo, los mercados y la comunidad.


Estos principios, son producto de la asociación entre la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, ONU Mujeres, y el Pacto Mundial de las Naciones Unidas, los cuales están diseñados para ayudar a las empresas a examinar las políticas y prácticas con las que cuentan, así como a crear otras nuevas en el ámbito del empoderamiento de las mujeres.


Se trata de una plataforma de negocio, que ha constituido una Red de Principios para el Empoderamiento de las Mujeres que ofrece ejemplos y experiencias de éxito del mundo empresarial. Este tipo de medidas han fomentado un entorno laboral inclusivo y han atrapado talento femenino valioso, lo que beneficia tanto a las empresas como a las propias mujeres, pues han logrado implementar importantes estrategias de inteligencia empresarial, buscando el impulso a la innovación y al éxito empresarial.


Numerosos estudios como el realizado por Deloitte en el año 2022, han demostrado que la diversidad de género en las posiciones estratégicas de los Consejos de Administración en las

empresas conduce a una mejor toma de decisiones, mayor creatividad y un enfoque más centrado en el cliente, pues las mujeres aportan perspectivas únicas y habilidades complementarias a la mesa. Su enfoque en las relaciones interpersonales, la resolución de problemas y el trabajo en equipo puede fortalecer la cultura organizacional y promover una mayor colaboración entre los empleados. Además, la presencia de mujeres en las juntas directivas y puestos de liderazgo puede marcar la diferencia en la forma en que se toman las decisiones y se abordan los desafíos empresariales.


Además de sus habilidades únicas, las mujeres también representan un mercado potencial significativo. Se estima que las mujeres controlan más del 70% del gasto del consumidor en todo el mundo (Méndez, 2022) por lo que, al no incluir a las mujeres en los procesos de toma de decisiones, las empresas corren el riesgo de perder oportunidades lucrativas para satisfacer las necesidades y deseos de este segmento de mercado.


Afortunadamente, las empresas de todo el mundo están comenzando a reconocer y aprovechar las ventajas de tener una fuerza laboral equilibrada en términos de género. Las iniciativas en favor de la igualdad de género y la diversidad se están volviendo cada vez más

comunes, con programas para promover la participación de las mujeres en las empresas y garantizar una representación equitativa en los puestos de liderazgo.


En muchos pases, se han implementado leyes y regulaciones para fomentar la igualdad de género en el ámbito empresarial. Las cuotas de género en las juntas directivas y los informes de igualdad de género son algunas de las medidas adoptadas para garantizar que las mujeres tengan una representación justa. Estas políticas son fundamentales para romper el techo de cristal y abrir oportunidades para las mujeres en el mundo empresarial.


Además de las políticas gubernamentales, las empresas también están asumiendo la responsabilidad de fomentar la diversidad de género en su propia organización. Muchas empresas están implementando programas de mentoría y desarrollo profesional para mujeres, brindándoles las herramientas y oportunidades necesarias para avanzar en sus carreras. Además, se están realizando esfuerzos para crear una cultura empresarial inclusiva y acogedora para las mujeres, donde se sientan valoradas y respaldadas en su crecimiento profesional.


Las empresas lideradas por mujeres y que fomentan la diversidad de género han demostrado ser más rentables y exitosas a largo plazo. Además, la diversidad de género en las empresas también se ha asociado con un mayor compromiso de los empleados y una mayor retención del talento.


La participación de las mujeres en las empresas no solo es importante para promover la igualdad de género, sino que también es esencial para el crecimiento y el éxito empresarial. A medida que avanzamos hacia un futuro más equitativo y justo, es fundamental continuar fomentando la participaciónde las mujeres en todos los niveles de una organización.


Concluyo, compartiendo mi visión final de este espacio en el que creo que la participación creciente de las mujeres en las empresas durante la última década ha traído consigo cambios profundos y beneficios significativos. No solo ha promovido la igualdad de género y el empoderamiento femenino, sino que también ha mejorado la eficiencia, la innovación y el crecimiento de las empresas.


La inclusión de diferentes perspectivas y enfoques ha llevado a una toma de decisiones más

sólida, humana y con mayor resiliencia empresarial. En resumen, la participación mayormente activa de las mujeres en las empresas en México, Latinoamérica y el Mundo, considero que es esencial para el éxito empresarial y para construir un futuro más equitativo y sostenible.

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