Por Paulina Mejía, Gerente de Promoción de nuevas emisora en la Bolsa Mexicana de Valores
La tercera parte de las empresas en México son familiares y constituyen el principal motor de la economía, generando riqueza, empleo e innovación. Sin embargo, estas empresas enfrentan un gran reto, dado que solo un porcentaje mínimo consigue llegar a la segunda generación por la falta de normas, principios y manuales que apoyen a la conducción de la empresa estableciendo un enfoque a largo plazo.
¿HAS ESCUCHADO HABLAR DEL GOBIERNO CORPORATIVO?
Se puede entender como un mecanismo que regula las relaciones entre los órganos de gobierno, a través de la definición y separación de roles estratégicos, operativos y de administración, el cual establece las reglas y procedimientos para la toma de decisiones que generen valor.
Dentro de la estructura de gobierno corporativo existen tres pilares que conforman los «órganos de gobierno»; el primero: los accionistas o los dueños, considerados como el órgano máximo, el segundo: la junta directiva, quienes administran la empresa y tercero: el consejo de administración, el cual debe estar conformado por consejeros independientes, es decir, personas que no tengan vínculo familiar con la empresa, esto con el objetivo de que, al tomar decisiones, no exista algún sesgo o conflicto de interés y puedan enfocarse meramente en la estrategia de la empresa. El consejo se puede acompañar de diversos comités que apoyan a cumplir las funciones más importantes hacia el interior de una empresa, como pueden ser los procesos de auditoría, prácticas societarias y riesgos.
El gobierno corporativo no es algo que se pueda comprar, es un camino arduo y se debe crear mediante una filosofía corporativa que permee desde el órgano máximo de la compañía hasta los colaboradores que residen en ella. De esta manera, se comparte la estrategia de la empresa, así como sus valores, prácticas éticas, de control y sostenibilidad.
Adicionalmente, brinda a los colaboradores la posibilidad de recurrir a una normatividad interna (como puede ser un código de ética, políticas, lineamientos y manuales de procedimientos) que, ante cualquier situación, les brinde seguridad y respaldo.
El mayor beneficio que el gobierno corporativo brinda a las empresas que lo implementan, es su permanencia en el tiempo, ya que plantea un camino estructurado de los pasos a seguir, garantizando el cumplimiento de objetivos, así como el establecimiento de un adecuado plan de sucesión buscando la continuidad del negocio con las personas adecuadas en los puestos indicados.
El plan de sucesión, entendido como el plan que culmina con la transición del poder de decisión y gestión a las siguientes generaciones en las empresas familiares, es uno de los procesos más relevantes y críticos, ya que contempla un diagnóstico, planificación y entrenamiento para el fundador, el sucesor, la compañía y el órgano familiar para garantizar la operación y continuidad del negocio y considera aspectos legales, tales como la transmisión de derechos y obligaciones de una persona a otra y cuestiones hereditarias.
Aunque en la teoría, la sucesión es un proceso que puede parecer sencillo de implementar, en la práctica no lo es tanto, puesto que pueden existir conflictos familiares que den origen a enfrentamientos en la empresa y la familia, imposibilitando el éxito de la transición, por lo que cobra especial relevancia la planeación con anticipación de dicho plan con el fin de que el fundador prepare y, a su vez, el sucesor conozca bien la estructura de la empresa.
En la etapa de planeación se definen los perfiles de los posibles sucesores y se prevén situaciones que pueden afectar a la compañía, sobre todo en la toma de decisiones, tomando en cuenta los planes estratégicos de desarrollo y crecimiento, enfoque de largo plazo, misión, visión y los objetivos a mediano y largo plazo. Una forma de tener claridad es cuestionando el rumbo de la compañía (líderes, enfoque, áreas, recursos, estructura, entre otros) que permita a los directivos y participantes identificar referencias para una mejor planificación.
El proceso de sucesión define la dinámica empresarial y es el punto de partida para establecer la permanencia de la compañía, es un proceso decisivo en donde debe existir compromiso, en tiempo y esfuerzo, por parte de los directores (que generalmente son los propietarios y los fundadores) para que el plan prospere y no solo para garantizar el futuro de la empresa, sino también para conservar y privilegiar las relaciones familiares.
Tener un plan de sucesión planificado y adecuado genera beneficios para las partes involucradas:
PARA EL FUNDADOR: le permite diseñar su plan de retiro en mejores condiciones.
PARA EL SUCESOR: previa capacitación y formación por parte de la persona que se retira, en donde transmita su experiencia y consejos en los aspectos más relevantes y críticos para la continuidad de la operación y el éxito del negocio.
PARA LA EMPRESA: la definición de los perfiles más adecuados para los futuros directores tomando en cuenta las habilidades de los actuales y sabiendo cuáles son las que deben tener al momento de asumir el liderazgo, además, la posibilidad de considerar preparación para desarrollarse en diversos puestos y al final, contar con directores capacitados y listos para asumir dichos roles.
PARA LA FAMILIA: permite evitar o abordar anticipadamente los posibles conflictos internos relacionados con la sucesión y las expectativas de cada uno de los miembros.
El riesgo de no estar preparados en este sentido e improvisar en la selección del sucesor, puede tener como consecuencias la salida de colaboradores experimentados, incertidumbre, el rechazo de los colaboradores hacia el sucesor, especialmente por parte de directivos y, en el peor de los casos, la venta de la empresa a terceros o su disolución.
Existen diversas alternativas para diseñar un plan de sucesión, las cuales marcarán el futuro de la empresa, entre las más comunes se encuentran las siguientes:
Transferir la propiedad y la dirección entre los miembros de la familia.
Conservar la posesión en la familia y contratar directores externos, en el caso en el que la familia considere que dentro no hay una persona que pueda ejercer el papel o se busquen evitar conflictos.
Vender la empresa cuando esta resulte atractiva para distintos inversionistas, como sus propios competidores u otras instituciones, siempre y cuando se establezca un acuerdo familiar previo.
Cotizar en la Bolsa, que resulta un mecanismo eficaz para la transmisión de acciones entre familiares, es decir, se da un orden patrimonial otorgando nombre y apellido a las
acciones colocadas y manteniendo la propiedad de la empresa al emitir series accionarias con derechos específicos.
Planificar la sucesión se considera como un acto de previsión que puede evitar que el destino de la empresa esté sujeto a condiciones externas (crisis económicas, devaluaciones, inflación, recesión, etc…), genera tranquilidad para los dueños y la familia por representar un plan de acción entre todos los interesados y es la forma más adecuada de salvaguardar el patrimonio, las buenas prácticas del negocio y un valioso legado adquirido con el correr de los años.
Una compañía que demuestre que está preparada para eventos futuros y que es capaz de anticipar cambios, refleja solidez y sostenibilidad a mediano y largo plazo, lo que supone la permanencia de la empresa en el tiempo tras generaciones. Además, es importante contar con un marco de gobierno corporativo sólido y formal que dé viabilidad a este plan de sucesión, promoviendo así, mayor transparencia, resultados y rendición de cuentas.
Algunos de los beneficios de contar con un buen plan de sucesión derivan en una mejor reputación y percepción de una empresa más sólida, bien estructurada con retención de talento de alto nivel, revisión constante de procedimientos, perfiles y puestos, mejorando el desempeño de la empresa y dotando de mayor motivación y compromiso de los colaboradores y directivos clave en el cumplimiento de objetivos de la empresa, así como en
su crecimiento y desarrollo. (1)
El 99% de las empresas listadas en la Bolsa Mexicana de Valores tienen una estructura familiar y se adhieren a los principios y recomendaciones de Gobierno Corporativo que emite el Consejo Coordinador Empresarial en su código y, al mismo tiempo, el mercado de valores les ofrece una oportunidad para robustecer su institucionalización a fin de obtener mejores resultados, acceso a capital, mayor competitividad, potenciando el atractivo de la emisora en los mercados.
1 Boletín de Gobierno Corporativo, Plan de Sucesión, Deloitte
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