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Recesión o Evolución

POR JENNIFER MACIEL AVILA


La inteligencia artificial (IA) ha sido un tema de mucho debate en los últimos años, con muchos expertos sopesando el impacto potencial que puede tener en el trabajo humano. Algunos argumentan que la IA conducirá a la pérdida generalizada de puestos de trabajo, mientras que otros creen que creará nuevas oportunidades y mejorará la productividad. En este artículo, exploraremos los pros y los contras de la IA y su impacto potencial en el trabajo humano.



Una de las mayores preocupaciones sobre la IA es que la pérdida de puestos sí o sí será un tema inevitable dentro de las empresas. Esto se debe a que los sistemas de inteligencia artificial pueden realizar muchas tareas que anteriormente eran realizadas por los humanos, como el análisis de datos y el servicio al cliente. Como resultado, muchas personas temen que la IA reemplace a los trabajadores, lo que generará desempleo e inestabilidad económica.

Sin embargo, también hay muchos beneficios que vale la pena considerar. Por ejemplo, la inteligencia artificial puede mejorar la productividad mediante la automatización de tareas repetitivas, lo que permite a los trabajadores humanos concentrarse en tareas más complejas y creativas. Esto puede conducir a una mayor eficiencia y ahorro de costos para las empresas, lo que en una última instancia, puede beneficiar a los consumidores y a la economía en su conjunto.

Aunado a lo anterior, algunas ventajas potenciales respecto a la inteligencia artificial es la creación de nuevas oportunidades laborales. A medida que IA se vuelva más avanzada, aumentará la demanda de expertos en inteligencia artificial y campos relacionados. Esto creará nuevos puestos de trabajo para ingenieros, científicos de datos y otros profesionales que puedan trabajar con estos sistemas de IA. Además, este tipo de tecnología también puede ayudar a mejorar la calidad de los trabajos haciéndolos más seguros y eficientes.

A pesar de esto, también es importante considerar las implicaciones éticas de esta tecnología. Conforme se desarrollan este tipo de sistemas, la desigualdad económica aumenta, el desempleo es ineludible. Por lo tanto, es importante que sea un tema sobre la mesa que las empresas aborden, tomen en cuenta estas preocupaciones y se aseguren de que la inteligencia artificial se desarrolle e implemente de manera responsable.

Para 2021 solo el 19% de las compañías destinaron poco más del 30% de sus presupuestos tecnológicos en proyectos de inteligencia artificial, lo que nos dice que aún falta camino por recorrer en estos temas.

En conclusión, si bien la inteligencia artificial tiene el potencial de mejorar la productividad de las empresas y crear nuevas oportunidades laborales, también representa un riesgo para el capital humano. Es de vital importancia que los gobiernos y las compañías consideren el impacto potencial de la inteligencia artificial en el trabajo humano y tomen medidas para mitigar cualquier efecto negativo. Esto se puede lograr invirtiendo en programas de capacitación y educación para los trabajadores cuyos empleos pueden verse afectados por las nuevas tecnologías y asegurando que los beneficios de las mismas se distribuyan de manera justa. En general, es importante para nosotros adoptar los avances en inteligencia artificial, pero también ser conscientes de sus posibles inconvenientes y, por ende, reducir su impacto sobre el capital humano.

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