¿Alguna vez te has preguntado sobre el desarrollo de la infraestructura financiera a nivel nacional? De acuerdo con un estudio publicado por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el pasado 20 de diciembre, en México la inclusión financiera es un sinónimo de inclusión social y actualmente, a nivel nacional, existe una marcada dimensión geográfica por esta razón es fundamental analizar con una perspectiva espacial.
Dicho estudio lleva por nombre: «La geografía de la inclusión financiera» y forma parte de una serie de publicaciones sobre el tema, pero es el primero en su tipo, ya que lee y analiza este fenómeno con lentes geoespaciales, enfocándose principalmente en identificar a la población y las localidades que se encuentran a un radio de 2 km, 4 km y 7 km de al menos un punto de infraestructura financiera (sucursales, cajeros, corresponsales, así como terminales de punto de venta o TPVs).
La inclusión financiera engloba a todos los segmentos de la población, por ello a nivel mundial, funciona como un «ingrediente» central del desarrollo y funciona como un medio importante para la prosperidad. Es un facilitador clave para fortalecer la resiliencia y aliviar la pobreza, ya que contribuye a que existan mejores oportunidades, abre posibilidades y busca liberar potencial no aprovechado. La inclusión financiera tiene una marcada dimensión geográfica y por esta razón resulta fundamental analizarla.
El objetivo principal de este estudio es impulsar la inclusión en el país, a partir de un mejor entendimiento del territorio, promoviendo acciones focalizadas, basadas en evidencia y datos específicos de cada región. Además, en el estudio encontramos 30 mapas digitales, que muestran las localidades estudiadas, lo que facilita la observación de los desafíos y oportunidades de las regiones estudiadas. En el caso de las localidades sin infraestructura, se generaron mapas que visualizan a su población.
Estas visualizaciones espaciales digitales contribuyen a la investigación previa en el tema, brindándole al lector herramientas que lo convierten en usuario ya que pueden ver, acceder e interactuar con datos geoespaciales. El estudio encontró que el 80% de la población vive en localidades con al menos un punto de infraestructura financiera (sucursal, corresponsal o cajero) en un radio de 2 km. Este número crece a 87% y 93% en los radios de 4 km y 7 km, respectivamente. El porcentaje de localidades cubiertas con al menos un punto de infraestructura fue 22%, 42% y 65% en los mismos radios.
La mayoría de las localidades con infraestructura tienen entre 1 y 10 puntos en todos los radios, 54% (2 km), 55% (4 km) y 45% (7 km). Sin embargo, existen también localidades con más de mil puntos. A pesar de haber encontrado porcentajes entre el 80% y 90% de la población cubierta dependiendo de los radios analizados, cerca de 21 millones de personas (19% de la población) no cuentan todavía con infraestructura en un radio de 2 km, 14 millones (13%) en un radio de 4 km y 7 millones (6%) en un radio de 7 km. Además, 68 mil localidades (77%) del país no cuentan con infraestructura financiera, en un radio de 2km, 50 mil (57%) y 30 mil (34%) en los radios más amplios. Es decir, todavía hay trabajo por hacer y es importante desarrollar soluciones para hacer frente a los déficits y cerrar las brechas espaciales. La mayoría de las localidades sin infraestructura financiera se encuentran en los estados del sur del país: Chiapas, Veracruz, Oaxaca y Guerrero.
De acuerdo con la CNBV, este estudio suma de manera distintiva ya que por primera vez es posible identificar diferencias entre localidades en cuanto a la disponibilidad de infraestructura financiera en los distintos radios. Además, provee perspectivas sobre aspectos importantes como diferencias poblacionales entre las localidades.
Para la Bolsa Mexicana de Valores resulta relevante analizar esta información y darle difusión, ya que somos conscientes de que en la medida en que las personas tengan acceso a una infraestructura financiera favorable, de cualquier tipo: cajeros, sucursales bancarias, etc., la población tendrá mayor posibilidad de conocer e interesarse por el mercado de valores; tanto las empresas que buscan financiamiento como las personas físicas que pueden interesarse en ser inversionistas.
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